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miércoles, 15 de febrero de 2012

Duele sentir que nadie te necesita.

Has sentido alguna vez como se apoderaba de ti la terrible sensación de la indiferencia? Si,de esa de la que no puedes escapar,en la que caes constantemente sin remedio, de la que eres victima. Parece que al mundo se la repampinfla lo que sientas o padezcas y que existen razones más importantes para tus seres queridos que tu felicidad. No vas sintiendo como te haces pequeña?

Jode suponer que el resto del planeta es feliz eh? que no tienen que cargar con la cruz que supone sobrellevar tus problemas.Porque jode pensar que eres el único que no sabe luchar contra las complicaciones que nacen en tu camino,saber que no puedes superar esa piedra con la que ya has tropezado mas de 500 veces y a la que seguirás acudiendo sin remedio.
Jode darse cuenta de que en lo único que se basa la existencia es en la sucesión de decepciones que deciden ocultarse tras unas vagas ilusiones,tras mentiras que repites bajo la soledad de tu habitación con la esperanza de llegar a creertelas algún día,por el simple placer de aferrarte a algo aunque sepas que va a terminar haciendote más daño.

No se si me entenderéis,pero tampoco espero que lo hagáis.

Y es que,hoy es uno de esos días insufribles,en los que 24 horas parecen 10 semanas.Hoy es uno de esos días en los que siento la necesidad de desparecer.Así,sin mas,sin tener que dar ningún porque a nadie.Sin pararme a pensar que dirá el resto de mi universo al respecto.

Hoy es uno de esos días grises en los que sabes que cualquier cosa,por estúpida e insignificante que sea,va a tener el poder de hacerte derramar océanos de lágrimas.
Hoy es cuando te paras a pensar en cosas que en tu sano juicio preferirias evitar,en momentos del pasado que te parecieron increíbles y por los que ahora darias todo lo que tienes y mas para recuperarlos.
Hoy es uno de esos días en los que te cuesta fingir la sonrisa,en los que prefieres que te falte el aire.

Hoy es un día malo,como todos los días de esta insufrible vida.Y lo peor es que nada que no sea tu propio corazón marchitado y derrumbado puede hacer que cambie tu manera pesimista de ver el mundo.

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